Ser principiante en Yoga...y en la vida

Tenemos que permitirnos ser principiantes. ¿Qué significa esto? Tenerse paciencia al momento del aprendizaje, aceptar que no sabemos y saber que probablemente vamos a fallar las primeras veces, unas largas primeras veces. No tiene nada de malo no saber, todos somos ignorantes en algo, ámbitos en los que no estamos capacitados, asuntos que ignoramos. El día que nos proponemos aprender eso que ignoramos, nos convertimos en principiantes. Cuando uno es principiante es natural no entender las cosas desde el principio o con la primera explicación, tener dificultades o fallar. Tampoco porque esto sea así uno deba ser un relajado que falla constantemente, porque así nunca va a avanzar, pero tampoco entrar en el extremo opuesto de exigirse la perfección desde el principio. La constancia y la paciencia son la clave. Volver a intentar y volver a fallar. Las dificultades son las que nos enseñan, si todo nos resultara fácil en la vida, no aprenderíamos nada, pues en el esfuerzo encontramos nuestra capacidad resolutiva, nuestro método personal de aprendizaje. No todo tenemos las mismas capacidades o inteligencias, algunos se tomarán más tiempo o más intentos aprender algo (por ejemplo una postura o un ejercicio de respiración), y tal vez menos esfuerzo aprender otras cosas. Debemos aceptarnos como somos, saber que tenemos un tiempo personal, un propio ritmo, y debe ser respetado. No somos mejores ni peores por tardar más o menos para aprender. Cada cual tiene diferentes aptitudes, dificultades y facilidades, por consecuencia diferentes tiempos. No es sano enojarse con uno mismo por no entender algo en el primer intento, o por estar tardando más que el resto, o más de lo que nuestra mente calcula que deberíamos tardar, esto frustra el aprendizaje y lo retrasa, solo debemos prestar atención y observar la falla buscando no repetir el error.
El Yoga es una disciplina espiritual, que se aprende a través de la práctica constante. Más uno practica, más entiende.
Yogacharini Wanda Torres